La situación privilegiada de Villanueva del Río Segura en la entrada natural del Valle de Ricote por el S/SE, ha determinado gran parte de su devenir histórico como cruce de caminos que comunica con otras villas. Las primeras noticias sobre ocupación humana datan del X. I d.C. y nos informan de un asentamiento romano al S. del municipio en el Paraje de Captagua, catalogado en la Carta Arqueológica Regional como posible "villa".
Desde el S. XIV hasta 1502, este pueblo se denominaba Asnete, voz castellanizada por derivación del árabe que hablaban su s pobladores mudéjares dedicados al cultivo de sus ubérrimas huertas, delicado ecosistema natural y humano, dependiente en lo político durantes siglos de la Encomienda Santiaguista de Ricote, y en lo religiosos vinculado al curato de Ulea, fuente de innumerables desavenencias, lo que motivó múltiples intentos de independencia. Durante el S. XVI, periodos concejiles alternaban con otros de férreo gobierno de la Encomienda, destacando la transformación de la antigua mequita del S. XV en templo cristiano dedicado a San Mateo en 1502. Cuando la aljama se convierte en primer concejo y toma el nombre de Villanueva del Val de Ricote, el cambio de advocación patronal en 1553, a favor de Nuestra Señora de la Asunción, y sobre todo, la concesión del Título y Privilegio de Villazgo por el Rey Felipe II en 1588 contando con 78 vecinos (320 habitantes) e inaugurándose la época de mayor desarrollo de la villa hasta la expulsión de los moriscos en 1614. El caserío se amplía con el aumento demográfico desde el Barrio de la Cuna original, hoy declarado BIC junto con el templo parroquial, hasta el Barrio Alto, distinguiéndose algunas casas cueva en "los casones", con pavimento de tierra apisonada, viviendas de gruesos muros de tapial y "aljezones", y alguna casa solariega en la antigua "calle Empedrá" como la de los López de Artiz, de procedencia vasca, que cuentan con patio posterior, amplia cocina, "cámbara" y pajar. A finales del X. XVII y durante todo el X. XVIII la ampliación de la red de acequias posibilita la extensión del regadío como fuente de riqueza en Villanueva del Valle o Villanueva del Río según los textos, cuyas aguas sobrantes fueron aprovechadas ya en 1933 para una nueva puesta en riego de secanos gracias al motor "La Esperanza" que funcionaba a gas pobre, y por el motor de"Riegos Ayala", modificando el paisaje de forma que en 1950, el ilustre visitante D. Julio Caro Baroja se sorprendía del brusco contraste entre sierras agrestes y la huerta henchida de frutos "allá donde llega el agua". En 1953, la visita del Obispo D. Ramón Sanahuja y Marcé confirma definitivamente la posesión de cura propio para Villanueva del Río Segura, denominada así desde 1096, finalizando la secular disputa con la villa hermana de Ulea, siempre unida no sólo a través de incontables matrimonios, sino por múltiples puentes de maromas y tablas que el río destruía, por la barca "Esperanza Concordia" que regaló el ilustre cura ecónomo de la O.P.D. Jesualdo María Miñano López y ya en el S. XX, por el puente actual, a punto de ser desbordado de nuevo en 1982.
El visitante puede alojarse en varias casas rurales de Villanueva y disfrutar de hermosas vistas desde miradores como el de San Roque, el de La Morra, o el del Río. La orilla del río invita a pasear por parajes insospechados como el fluvial hasta los chopos de "Adolfico" por el Pilarica, por el Golgo, y practicar la pesca desde el paseo hasta la Rambla del Mayés, donde se pueden observar especies botánicas y faunísticas recuperadas en estos ricos ecosistemas, que le abrirán el apetito para degustar hogazas cocidas al estilo tradicional, guiso de trigo en Semana Santa, o los exquisitos dulces navideños.
Fernando Rodríguez Soler
Cronista Oficial de Villanueva del Río Segura